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Arquitectos: Equipo de Arquitectura
- Área: 3090 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Leonardo Méndez
“Recibí una orden de la junta escolar que decía 'Tenemos una gran idea. No deberíamos poner ventanas en la escuela porque los niños necesitan espacio en la pared para sus pinturas, y también las ventanas pueden distraer la atención del maestro ”. Ahora bien, ¿qué maestro merece tanta atención? Después de todo, los pájaros afuera, la persona que corre en busca de refugio bajo la lluvia, las hojas que caen de los árboles, las nubes que pasan, el sol que penetra: todas estas son cosas grandiosas. Son lecciones en sí mismas ". – Louis Kahn
En vez de crear un monobloque, pesado, agresivo y cerrado, que representa de cierta manera el modelo antiguo y obsoleto de la educación, el proyecto propone dos barras longitudinales, permeables y transparentes, que se adecuan a la nueva visión educativa. Abierta y permeable, la propuesta conecta y relaciona los elementos que conforman la estructura funcional y espacial existente del colegio.
Todas las clases permiten la continuidad espacial de los patios a ambos lados, con los que se relacionan de distintas maneras. Hacia los jardines esta continuidad es total, permitiendo que la luz y las sombras de la naturaleza penetren el espacio de la sala. Hacia los pasillos, las visuales son obstaculizadas mediante muros intercalados, que protegen el aula de los sonidos y las visuales, pero permiten que tengan ventilación cruzada y luz natural.
La estructura se resuelve mediante una grilla ortogonal de vigas y pilares de hormigón armado. Cada bloque contiene 4 hileras de dos pilares, que se corresponden con los ejes del bloque adjunto, permitiendo un replanteo y un órden preciso. En el último nivel, las vigas son invertidas y se arriostran entre ambos pabellones, estructurando así la rampa que cuelga de estas vigas transversales. Todo el elemento traccionado se ancla, a su vez, con las vigas perimetrales internas de los bloques adyacentes.
Los parasoles responden no sólo a la condición climática, sino que dialogan con el entorno inmediato del edificio, tomando como referencia los filtros de ladrillos ubicados a lo largo de la circulación del colegio. Estos elemento esbeltos crean un velo que proteje al interior en todas las orientaciones: al este, al oeste y al norte por la inclinación del sol, y al sur por las lluvias y para dar mayor privacidad al interior. La estructura de los parasoles, ángulos y caños metálicos, se ancla a las vigas perimetrales externas. Los ladrillos, estructurados mediante varillas internas, que sirven de guías, descansan sobre los ángulos, que a su vez transmiten las cargas a la estructura de hormigón armado.
Todos los materiales empleados son los que caracterizan, no sólo la imagen del colegio, sino que la arquitectura contemporánea paraguaya. Los ladrillos, el hormigón, la madera y el metal son materiales nobles, duraderos y accesibles.
La propia arquitectura del edificio expresa su significado y encarna los valores de apertura, inclusión, permeabilidad y accesibilidad. La lógica estructural y funcional, la honestidad material y la calidad espacial son las respuestas que ofrece este nuevo edificio.